martes, 4 de octubre de 2011

Testimonio de un peregrino


Si me preguntaras cómo es ir a Luján, me atrevería a decirte que es como la vida misma….

Al principio no sentís el cansancio, crees que todo va a ser igual, que vas a poder con todo y le metes pata…. Te apresuras. Tanto que algunos se queman y no pueden seguir…. Es decir…. No llegan al final…. O lo que es peor…. Les llegó su final….

Existen aquellos que por cansancio o dolor, en algún momento o etapa dejan de caminar….
Se resignan…. Y se entregan… se suben a un colectivo que adelanta el tiempo…. Y con el, el camino…. Para después, aquellos con más coraje, fuerza de voluntad, volver a caminar….
No tan cansados, con otras esperanzas… con las mismas ganas… (de llegar…)

También están aquellos, que van de a poco, que en cada etapa hacen lo que pueden, que se cansan, que rezongan, que se apoyan en los que tienen al lado… que preguntan… ¿qué estoy haciendo acá? Ó que dicen…. Me acuerdo de haber vivido esto…. Pero que a su ritmo avanzan, caminan, comparten, por momentos más rápido, por otros más lentos… y así… casi si darte cuenta…. Entre charlas, mates, jugos y caramelos…. También llegan….

Hay de los que apoyan, que deciden no caminar, o caminar a su modo… ayudando, sirviendo, acompañando…. A quien camina…. O quizás también del estilo “comodín”… una etapa soy apoyo y otra camino….

Hay quien camina solo, encerrado en su mundo, su realidad. Quien camina en grupo, en manada, charlando, dando empujones, cargando y siendo cargado….

Existen aquellos que te dicen que es una locura ó que no la entienden ó que les parece mucho…. Y que por eso nunca se animan a vivirla… y estamos también aquellos que pensamos que es una locura no vivirla…. Que es una locura no animarse….

Las etapas unas a otras varían, ninguna es igual a la otra… Pero tiene esa ambigüedad patente, impresa, que hasta resulta incomprensible por momentos…. Que la primer etapa sea corta y la ultima, eterna… que donde el cansancio parece todo… se torna fundamental a quien tenes al lado, su voz, su apoyo… su abrazo!

Y como en la vida misma… mucho se dice…. De su longitud, de las paradas, de cómo y cuando caminar…. Pero la realidad es una…. Que para saber… hay que caminarla… hay que vivirla…. Una y otra vez… Sólo así vas a saber lo que se siente…

Cristian Matías Worner
(..Ningún camino de flores conduce a la gloria…)

domingo, 3 de julio de 2011

We can change the world



El mundo esta mal. Hace rato que lo vengo pensando. Soy una persona simple,, no le doy muchas vueltas a la vida.. o eso intento. La vida es simple pero la gente se la complica, con sus problemas, con sus cosas. Pero, ¿qué sería de yna vida sin complicaciones? Aburrida, sencilla, sin emoción, sin color. Las personas son las que pintan de arco iris al mundo, pero eso no quiere decir que sea todo lindo y bueno. La vida no está dividida entre buenas y malas personas. Todos tenemos algo (aunque sea mínimo, una partícula) de cada uno, y eso hace la personalidad de cada ser que habita este mundo. A veces me pongo a observar a la gente, y pienso en lo que deben ser sus vidas, si son felices o no, cómo debe ser esa persona… me intriga, me da curiosidad preguntarles si están conformes con la vida que están viviendo, con ESTAvida, que es de uno y a la vez de todos. Intuyo que la respuesta de la boca para afuera va a ser un sí, pero sus ojos me van a decir NO.
No soy una experta de las miradas, pero desde que comencé a ir al Puente Alsina viernes por medio para ayudar a los cartoneros que vienen de trabajar, dándoles sopa y pan, me doy cuenta cuándo una persona está disconforme con su vida a través de sus ojos; ellos me hablan sin decir una palabra. Y cuando veo eso hay algo dentro de mi que dice BASTA¿ Hay necesidad de que tenga que ser así ? ¿Por qué dejar que un nene de 6 años sufra de hambre y frío mientras su padre sale a cartonear? ¿Es justo ver a una familia pidiéndonos sopa y pan por que no les alcanza para comer? Hay algo que nosotros no queremos ver, está a nuestros costados porque lo dejamos de lado, pero inevitablemente lo vemos de reojo, y eso es la realidad misma, pura y sin distorsiones por parte de los medios. Uno está acostumbrado a ver un niño vendiendo estampitas en los trenes, poniendo cara de lástima para que la gente lo mire y se apiade de él. No, no debería ser así. Porque, uno puede estar muy bien económicamente, tener una linda familia, tener una televisión 40 pulgadas, vacaciones en la costa todos los años, etc… pero, ¿cómo estar BIEN completamente sabiendo que el otro se muere de frío viviendo en la estación de tu propio barrio? Es cuestión de abrir un poco la mente y tratar de mirar hacia tu alrededor, no solamente al frente llevándote el mundo por delante. Sí, se puede. Es difícil y un proceso lento; pero si no lo tratamos de solucionar ahora, a dónde vamos a parar? A una sociedad desvalida y sin compromiso, egoísta, sin límites. Ya nos estamos convirtiendo en eso, y la idea es parar con esto, generar el cambio en uno mismo y también en el otro. Es elegir la vida y no el vacío moral. Es ser quién uno es y aprender del otro, para bien. Es ayudar al otro y también a uno mismo, ya que si lo hacemos, somos capaces de generar un mundo mejor para todos.

Melody Schmutz

martes, 28 de junio de 2011

Bitácora II: 3 años PUENTEANDO

Hoy cumplimos tres años desde que un pequeño grupo, 4, nos animamos a ir a encontrarnos con los cartoneros a la bajada del Puente Alsina, cuando venían de trabajar, esperándolos con un vaso de sopa caliente, como para hacer el regreso a casa algo más ameno.
         Hoy cumplimos tres años de compartir la vida, de mucho encuentro y desencuentros, de ver a muchos que se animaron y se desanimaron, de constatar que muchos que se sigan preguntando si estará bien hacerlo, de escuchar a muchos que siguen redoblando la apuesta, de algunos que se plantean vivir haciendo esto, de muchos que pasan, miran y siguen, de muchos que no pueden dejar de parar (aunque sea para charlar un rato), de muchos, de muchas.
         Hoy cumplimos tres años de animarnos, de hacernos presente siendo esperanza, sanando heridas, dejándonos sanar, esperanzándonos, dejándonos animar, creyendo, enojándonos, llorando, riendo, haciendo el tonto, disfrazándonos, cantando, bailando, sirviendo, estando, provocando.
         Hoy cumplimos tres años y sabemos que las cosas se pueden hacer mejor, podemos tener más compromiso, podemos conseguir más donaciones, pueden venir más voluntarios, podemos estar más dados, podemos compartir mucha más vida, podemos más y mejor.
         Hoy cumplimos tres años de recibir muchísima ayuda, de recibir donaciones, de dejarnos sorprender por la confianza que nos tienen, por todo ello y ellos, GRACIAS.
         Hoy cumplimos tres años y ya no somos los mismos, ya no son los mismos. Seguimos soñando, proyectando, imaginando, pensando juntos, construyendo, delirando.
         Hoy cumplimos tres años de intentar de hacer el Reino más cercano.
         Hoy es tenés una nueva oportunidad de hacerte “bicho raro”, de que te critiquen, de que te tilden de zurdo, asistencialista, comunista, de hacer algo que no sirve de nada… de hacerte HERMANO, AMAR, COMPARTIR, ENCONTRATE.
         ¿Vas a dejar que pase otra vez?
         Que el Sagrado Corazón nos bendiga, los bendiga y te bendiga, y ya que estamos pidiendo, que nos sostenga.
         Te veo en el Puente:
                                                                                                                     Hno Seba sc.

jueves, 23 de junio de 2011

Bitácora I: Seamos Patria


Hoy festejamos en el Puente el “25 de Mayo”, el día de la Patria. Esta fecha hace mención a la primera revolución del pueblo argentino por la exigencia de un gobierno propio y local.
En ese tiempo, la sociedad generó una unión y marcaron que tenían el mismo objeto y tiraban para el mismo lado.
En la Actualidad, cuando se acerca esa fecha los colegios hacen actos patrios, se canta el himno nacional con mayor relevancia e interés, algunas personas enganchan una escarapela en su ropa, una que otra casa tiene colgada la bandera argentina. Se considera feriado al 25 de Mayo.
Pero la verdad es que pocas personas toman este día con su real significado, para muchos no pasa más allá de un día en el cual descansan y no tienen que ir a trabajar o estudiar. Un ejemplo concreto, en los colegios ya pocos estudiantes cantan el himno correctamente, o llevan puesta la escarapela (quienes la llevan) otro día que no sea cercano a un hecho patrio.
Éstas y demás cosas nos hacen preguntarnos ¿somos realmente una nación? ¿Formamos o nos sentimos parte de la misma? ¿Qué hacemos día a día para construirla? ¿Hacemos algo para ser verdaderamente ciudadanos?
Cada uno sabe la respuesta, y sino, es bueno cuestionárselas.
Personalmente, conceptualizo a una nación como pueblo unido.
Ahora, en Argentina… ¿somos un pueblo?
Mientras que la palabra pueblo no signifique “todos juntos”, el mismo concepto va a traer contradicciones. Para ser un pueblo, primero tenemos que aceptarnos como tal.
Desde la antigüedad, éramos tomados como un conjunto de razas, no como pueblo. Y, como dije antes, el pueblo argentino emerge pocas veces; ejemplo un mundial de fútbol.
¿Por qué en tiempo de mundial deportivo el país está como loco, y todas las personas se movilizan, se juntan grupos de amigos, estudiantes, compañeros de trabajo, todos dedicados a mirar la competencia de deportes?  Y se sienten orgullosos, entusiasmados,  y van las personas por la calle con banderas pintadas en la cara, los autos con banderines argentinos, gorros, todas las casas con banderas nacionales.
En ese momento el país se paraliza.
¿Y por qué no tener la bandera argentina puesta en la casa todos los días? ¿Por qué no pintarse la cara de celeste y blanco de vez en cuando? ¿Por qué no cantar el himno nacional en voz alta cuando uno se está bañando? por así decirlo…
Y aún en estas situaciones, no somos pueblo. Lo vamos a ser cuando las personas nos aceptemos unos a los otros, cuando dejemos de individualizar nuestra vida como si estuviéramos solo nosotros, cuando dejemos de mirar siempre lo mismo, para abrirnos a otras realidades y le demos una mano a quien la necesita, y no solo cuando ésta te la pida, sino salir a buscar esas manos a las que levantar, o por lo menos, acompañar.
Esto último se ve reflejado en cada puente al que voy, en cada viernes por la noche ahí parada en el Puente Alsina esperando a los cartoneros con sopa y pan, como excusa para el inicio de una charla, y espero, un futuro encuentro, y así el nacimiento de una relación, de compartir y cruzar nuestras vidas, de escucha y habla, de saber ellos que nosotros vamos a estar ahí, y nosotros saber que nos van a esperar, o que van a parar su camino y prolongar su vuelta a casa, para encontrarnos.
Y me importa estar ahí, cuando podría estar en cualquier otro lugar haciendo otras cosas o en la comodidad de mi casa. Lo cambio, y prefiero ese puente.
Prefiero el encuentro, sea esto, sea una mirada, sea un simple saludo, un gesto, o una charla duradera, lo prefiero.
Porque para mí, eso vale mucho más. Y son este tipo de cosas con las que me quedo.
A veces, tan solo el estar ya dice mucho, tan solo escuchar aquello que la otra persona te dice, es mucho. Por más de que tengas o no una respuesta, te tomaste el tiempo y lo compartiste con una persona, y dejaste de  pensar aunque sea un momento en lo relacionado a vos, para darle el primer plano a esa persona, la conozcas desde toda la vida o hace apenas diez segundos.
Eso es lo que vale, lo que cuenta. Y ahí, en esa situación, con esas personas, nace el pueblo, ahí son nación.
Eso es la verdad del ser pueblo, del acompañar, de la unión. Esa es la totalidad de una Nación.
Si nos acompañamos a pesar de las derrotas o circunstancias personales somos pueblo, si nos aceptamos por quien somos, por quien fuimos, aceptar y entender el por qué de la otra persona, si somos más tolerantes, si en verdad nos importa ponernos en el lugar del otro, y darle una mano, que lo entiendas, no que justifiques sus acciones, sino que aceptes su realidad, y siempre que puedas, brindarle ayuda…entonces seremos pueblo.
Cada puente vamos construyendo pueblo.
Sigamos apostando por salir al encuentro de otros y construirlo.
Sigamos caminando juntos, seamos pueblo, seamos nación, seamos Patria.

Micaela.



viernes, 3 de junio de 2011

Mejor en Zapas!!!


         Desde hace poquito un grupo de padres del Colegio Sagrado Corazón, empezó a apadrinar la Escuela 513 “Domingo Faustino Sarmiento”. La misma está en el Paraje “El Rabón”, a unos 15km de “Las Toscas”, al norte de la Provincia de Santa Fé. La matrícula es de 210 alumnos. El paraje no tiene más de 2000 habitantes.
         Este es un extracto de una carta que nos mandó Teresa, la maestra de sala de 5… “Mi nombre es Teresa Seniquiel, tengo 51 años, viejita pero con ganas de seguir trabajando. Soy maestra de la sala de 5 años, estoy casada, mi marido es médico, tengo 4 hijos, todos grandes, uno sólo está viviendo conmigo, como sabrás los chicos del interior tienen que ir a estudiar afuera, el mayor tiene 26 años, es contador, trabaja en Corrientes a 120km de aquí, el 2do está en 5to de medicina, la 3ra en 2do de licenciatura en biología. Viven en Corrientes capital. El 4to, el pequeñín, está en 4to de la secundaria, en Las Toscas, a 15km del Rabón, en realidad vivimos ahí y yo me traslado todos los días al Rabón.
Mi compañera, se llama Daniela Simón, es de Reconquista, a 100km del Rabón. Hace dedo todos los días para venir a trabajar, no se bien cuantos años tiene, creo que 36 o 37,  es casada, tiene 3 hijas hermosas, 2 adolescentes y una de 9 años. Está a cargo la sala de 4 años. Las 2 trabajamos de mañana en un buen clima laboral.
Esta población tiene características muy especiales porque está un poco aislada de todo, los chicos no tienen experiencia de vida en una ciudad pero tampoco es una población rural, porque viven en barrios, con todos los problemas que eso acarrea. Es un pueblo de paso, no se sienten pertenecientes a nada, el rabón no tiene una historia construida, aunque fue muy importante en la época de La Forestal (explotación del tanino). Actualmente se está tratando de reconstruir su historia (fue un puerto muy importante de envío de tanino y quebracho). Algunas personas se interesan por el pasado de la localidad y sería bueno que los niños lo conozcan.”
         ¿De qué se trata esta campaña? Sencillo, nos pidieron zapatillas para los chicos y chicas. Nos proponemos mandarles 195 pares. Si te animás a colaborar con algún par, te pedimos que estén en buen estado, limpias y con una carta contándole, para quién vayan las zapas, quién sos, qué hacés, etc. (escibime a hnoseba@yahoo.com y te paso el nombre de alguno de los chicos).
         ¿A dónde las tenés que llevar? Al Colegio Sagrado Corazón, Mentruyt 880, Lomas de Zamora. Estaremos juntando todo el mes de Junio.
         Gracias por animarte a ayudar y a encontrarte con la necesidad de otros.
         Te mando un abrazo grande en el Corazón del Sagrado:
                                                        Sebastián Ferrero sc.
                   
A continuación la lista:
Nº 25: 1 par para hombre
Nº 26: 7 pares para mujer y 2 para hombre
Nº 27: 5 pares para mujer y 4 para hombre
Nº 28: 7 pares para mujer y 2 para hombre
Nº 29: 9 pares para mujer y 3 para hombre
Nº 30: 10 pares para mujer y 11 para hombre
Nº 31: 4 pares para mujer y 8 para hombre
Nº 32: 5 pares para mujer y 14 para hombre
Nº 33: 13 pares para mujer y 8 para hombre
Nº 34: 2 pares para mujer y 7 para hombre
Nº 35: 3 pares para mujer y 11 para hombre
Nº 36: 13 pares para mujer y 13 para hombre
Nº 37: 10 pares para mujer y 5 para hombre
Nº 38: 5 pares para mujer y 7 para hombre
Nº 39: 2 pares para mujer y 6 para hombre
Nº 40: 1 par para mujer y 4 para hombre
Nº 41: 1 par para hombres

jueves, 2 de junio de 2011

Colecta Mes del Sagrado


Mes de Junio, mes de fiesta para los corazonistas, mes del Sagrado Corazón, mes para seguir provocándonos en comunidad, mes para seguir acompañándonos y animándonos a tener esperanza. Te preguntarás ¿qué motivos hay para tener esperanza y seguir creyendo? Desde que tengo uso de razón, me han dicho que el tiempo que nos toca vivir siempre es peor que otro pasado. Haciendo caso hoy deberíamos estar en el horno… pero parece que no es tan terrible. ¿Viste los chicos que van todas las semanas a ver a los nenes y nenas de Hogar Pereyra? ¿te cruzaste con los que visitan a la gente en situación de calle en la estación de Lomas y Banfield? ¿Les preguntaste a alguno de los jóvenes que van los viernes al Puente Alsina cómo va eso? ¿Te enteraste de los chicos que visitan a las abuelas del Hogar San Roque? ¿Viste desde uno de los puentes de Camino Negro cómo avanza la guardería? ¿Viniste a pedalear en a favor del hambre cero para el 2020? ¿Ya te apuntaste para donar sangre? ¿No te sumás para apadrinar una escuela al norte de Santa Fé? ¿Nos ayudás a poner un taller de costura?
Qué las cosas eran mejor antes!!! Si, puede ser. Lo cierto es que hoy hay mucha gente (y para sorpresa de muchos, la mayoría jóvenes) que se anima a creer que un país diferente, un mundo distinto es posible. Desde nuestra comunidad, hacemos el intento y nos sumamos. Bien, mal, mas o menos, podría ser mejor, todo lo que quieras, pero ahí vamos.
¿Qué nos proponemos? Conseguir 2 máquinas rectas industriales para comenzar con un taller de costura. El costo es de aproximadamente 4200 pesos. 
¿Cómo podés colaborar? Mandando en el sobre que te adjuntamos, el dinero con el que puedas y quieras ayudar. Será durante todo el mes.
Si podés, GRACIAS; si estás complicado, no te preocupes, GRACIAS; si ya colaboraste, GRACIAS; si querés ayudar de otra forma, pasa la voz, GRACIAS, GRACIAS…
El Corazón de Jesús provoca a que te animes a salir a su encuentro, a que te dejes amar, a que seas feliz, a dar GRACIAS, a sembrar esperanza, a creer… pero sólo es posible cuando te encontrás, amás, agradecés, creés, sembrás esperanza y hacés feliz a los que están al lado tuyo, los que te rodean, los que andan tirados de la vida, los que nadie quiere ver, porque ahí prefirió mostrarse Él.
GRACIAS y FELIZ DÍA DEL SAGRADO!!!

                                                       hno Sebastián Ferrero sc.


           

domingo, 22 de mayo de 2011

Carta abierta a Barack Obama


Es una carta larga, pero no tiene desperdicio. Me hizo acordar a la carta que escribió Rodolfo Walsh a la junta militar (si no leíste esa aprovechá la volada).
Que la disfrutes...

Estimado Barack

Al dirigirte esta carta lo hago fraternalmente y a la vez para expresarte la preocupación e indignación por la destrucción y muerte sembrada en varios países, en nombre de la "libertad y la democracia", dos palabras prostituidas y vaciadas de contenido. Termina justificando el asesinato y es festejada como si se tratase de un acontecimiento deportivo.
Indignación por la actitud de sectores de la población de los EEUU, de jefes de Estado europeos y de otros países que salieron a apoyar el asesinato de Bin Laden, y tu complacencia en nombre de una supuesta justicia. No buscaron detenerlo y juzgarlo por los crímenes supuestamente cometidos, lo que genera mayor duda. El objetivo fue asesinarlo.
Los muertos no hablan y el miedo al ajusticiado que podría decir cosas no convenientes para los EEUU., se convirtió en asesinato para asegurar que "muerto el perro se terminó la rabia", sin tener en cuenta que no hacen otra cosa que incrementarla.
Cuando te otorgaron el Premio Nóbel de la Paz, del cual somos depositarios, te envié una carta que decía:"Barack me sorprendió mucho que te hayan otorgado el Nóbel de la Paz, pero ahora que lo tienes debes ponerlo al servicio de la Paz entre los pueblos, tienes toda la posibilidad de hacerlo, de terminar las guerras y comenzar a revertir la grave situación que vive tu país y el mundo".
Sin embargo has incrementado  el odio y  traicionado los principios asumidos en la campaña electoral ante tu pueblo, como  poner fin a las guerras en Afganistán e Irak y cerrar las cárceles en Guantánamo y Abu Graib en Irak. Por el contrario,  decides comenzar otra guerra  contra Libia, apoyada por la OTAN y la vergonzosa resolución de las Naciones Unidas de apoyarla, cuando ese alto organismo, empequeñecido y sin pensamiento propio, ha perdido el rumbo y está sometido a las veleidades e intereses de las potencias dominantes.
La base fundacional de la ONU es la defensa y promoción de la Paz y dignidad entre los pueblos. Su preámbulo dice "Nosotros los pueblos del mundo…"hoy ausentes de ese alto organismo.
Quiero recordar a un místico y maestro que  tiene  en mi vida una gran influencia, el monje trapense de la Abadía de Getsemaní en Kentucky, Tomás Merton que dice" La mayor necesidad de nuestro tiempo es limpiar la enorme masa de basura mental y emocional que  atasca nuestras mentes y convierte toda vida política y social en una enfermedad de masas. Sin esa limpieza doméstica no podemos comenzar a ver. Si no vemos no podemos pensar"-
Eras muy joven Barack durante  la guerra de Vietnam,  tal vez no recuerdes la lucha del pueblo norteamericano por oponerse a  la guerra. He compartido y acompañado a los veteranos de guerra de Vietnam, en particular a Brian Wilson y sus compañeros quienes fueron víctimas de esa guerra y de todas las guerras.
Tomás Merton, frente a un matasellos del correo que  acababa de llegar "The U.S. Army, key to peace (El ejercito U.S., clave de la paz)"decía: "Ningún ejército es clave de la paz. Ninguna nación tiene la clave de nada que no sea la guerra. El poder no tiene nada que ver con la paz. Cuando más aumentan los hombres el poder militar, más violan la paz y la destruyen".
Debemos proteger la VIDA para dejar a las generaciones futuras una sociedad más justa y fraterna, restableciendo el equilibrio con la Madre Tierra. Si no reaccionamos para cambiar la situación actual de la soberbia suicida a que  están arrastrando a los pueblos, será  difícil salir y ver la luz. La humanidad merece un destino mejor.
¿Sabes? la esperanza es como el loto que crece en el fango y florece en todo su esplendor mostrando  su belleza. Leopoldo Marechal, un gran escritor argentino, decía que: "del laberinto se sale por arriba".
Y pienso, Barack, que después de seguir tu ruta equivocando caminos, te encuentras en un laberinto sin poder encontrar la salida y te entierras más y más en la violencia, devorado por el poder dominación, y crees tener el poder que todo lo puede y que el mundo está a los píes de los EEUU. Son tan largas las atrocidades cometidas por los diferentes gobiernos de EEUU en el mundo…   Es una realidad dolorosa, pero también existe la resistencia de los pueblos que no claudican frente a los poderosos.
A Bin Laden, supuesto autor ideológico del ataque a las torres gemelas, lo identifican como el  Satán encarnado que aterrorizaba al mundo, lo señalaban como el "eje del mal", y eso les ha servido para declarar las guerras que el complejo industrial militar necesita para colocar su productos de muerte.
No debes ignorar que investigadores del trágico 11 de septiembre, señalan que el atentado tiene mucho de "autogolpe", como el avión contra el Pentágono y el vaciamiento anterior de las oficinas de las torres; atentado que dio motivo para desatar la guerra contra Irak y Afganistán y  ahora contra Libia; argumentando en la mentira que todo lo hacen para salvar al pueblo, en nombre de "la libertad y defensa de la democracia". Y con total cinismo dicen que la muerte de mujeres y niños son "daños colaterales".
La palabra está vaciada de valores y contenido. Al asesinato, lo llamas muerte y por  fin EEUU ha "muerto" a Bin Laden. No trato de justificarlo bajo ningún concepto, estoy en contra de todo terrorismo tanto de esos grupos armados, como del terrorismo de Estado que tu país ejerce en diversas partes del mundo apoyando a dictadores,  imponiendo bases militares e intervención armada, ejerciendo la violencia para mantenerse por el terror en el eje del poder mundial. ¿Hay un solo "eje del mal"?
La Paz,  es una dinámica de vida en las relaciones entre las personas y los pueblos; es un desafío a la conciencia de la humanidad, su camino es trabajoso, cotidiano y esperanzador, donde los pueblos son constructores de su propia vida y de su propia historia. La Paz no se regala, se construye y eso es lo que te falta muchacho,  coraje para asumir la responsabilidad histórica con tu pueblo y la humanidad.
No puedes vivir en el laberinto del miedo y la dominación, desconociendo los Tratados Internacionales, los Pactos y Protocolos, que firman y  a la par transgreden una y otra vez. ¿Cómo puedes hablar de la Paz  si no quieres cumplir con nada, salvo con los intereses de tu país?
¿Cómo puedes hablar de la libertad cuando tienes en las cárceles a prisioneros inocentes en Guantánamo, en los EEUU, en Irak y en Afganistán? ¿Cómo puedes hablar de los derechos humanos y la dignidad de los pueblos cuando los violas permanentemente y bloqueas a quienes no comparten tu ideología y deben soportar tus abusos? ¿Cómo puedes envíar fuerzas militares a Haití después del devastador terremoto y no ayuda humanitaria a ese sufrido pueblo? ¿Cómo puedes hablar de libertad si masacras a  los pueblos del Oriente Medio y propagas conflictos interminables que desangra a los palestinos e israelitas?
Barack. mira para arriba de tu laberinto, puedes encontrar la estrella que te guíe, aunque sepas que nunca podrás alcanzarla, como bien lo dice Eduardo Galeano. Busca ser coherente entre lo que  dices y haces, es la única forma de no perder el rumbo. Es un desafío de la vida. El Nobel de la Paz es un instrumento al servicio de los pueblos, nunca para la vanidad personal.
Te deseo mucha fuerza y esperanza y esperamos que tengas el coraje de corregir el camino y encontrar la sabiduría de la Paz. 
Adolfo Perez Esquivel.
http://www.adolfoperezesquivel.com.ar/

sábado, 16 de abril de 2011

Proyecto “Banco de Dadores de Sangre”

La sangre que da nobleza no es la que se hereda,
sino la que se entrega a los demás”                  
 Mamerto Menapace

Por la presente queremos contarles que relanzamos en el colegio y excediendo sus muros, una iniciativa que hace unos años está funcionando, el Banco de Dadores de Sangre.
         El objetivo principal del proyecto es vincular a los integrantes de nuestra Comunidad, principalmente, que necesiten dadores de sangre.
         ¿Cuáles son los requisitos para ser dador de sangre? Tener entre 18 y 65 años y pesar más de 50 Kg.
         ¿Cómo funcionará el Banco de Dadores de Sangre? Ante una necesidad concreta se generará una lista de potenciales donantes. Los coordinadores del Banco mandarán un mail informando la cantidad de donantes necesarios, horarios y lugar de la donación. El posible donante debería responder si puede o no donar en esa ocasión.
         Estamos en tratativas con algunas agencias de remis para poder abaratar los costos de traslado, si es que un impedimento sea para vos el traslado al lugar de donaciçon.
La respuesta y el listado serán absolutamente confidenciales, como así también el nombre del solicitante hasta el momento de confirmar la donación.
         ¿Cómo hacer para sumarte al proyecto? Mandar los datos, que están al pie de la nota, al mail bancodesangre@noseaspavote.com.ar, de esa forma quedarás registrado en la Base de Datos.
Esperamos contar con su compromiso a partir de la toma de conciencia de la importancia de donar sangre, de la defensa de la vida.
Si estuviera impedido de participar del Banco de Dadores de Sangre, su ayuda será valiosa, concientizando a los hijos y a todos con los que ustedes se vinculan y relacionan, sobre la importancia de la donación altruista  y para ello la necesidad de una vida sana.
Ante cualquier duda, hacé tu consulta a la casilla de correo o personalmente con los coordinadores.
Gracias por tu colaboración.

Datos que deberías enviar a la casilla de mail

Apellido y Nombre:
Fecha de Nacimiento:
Grupo y factor de sangre:
¿Alguna vez diste sangre?:
Zona de residencia:

martes, 15 de marzo de 2011

Miedo al sueño cumplido

Este artículo salió en la revista Viva, el último domingo. Regalate 5min. y disfrutalo.

La vida es como una carrera de ciclismo cuya meta es hacer realidad la leyenda Personal, aquello que, según los antiguos alquimistas, es nuestra verdadera misión en la Tierra.
¿Qué es la Leyenda Personal?
- Es tu bendición, el camino que Dios escogió para ti en la Tierra. Siempre que un hombre hace aquello que le entusiasma es que está siguiendo su Leyenda. Sucede que no todos tienen el valor de enfrentarse con sus propios sueños.
¿Por qué razón?
- Existen 4 obstáculos. Primero: él escucha desde niño que todo lo que deseó vivir es imposible. Crece con esta idea y, con los años, acumula prejuicios, miedos, culpas. Llega un momento en el que su Leyenda Personal está tan enterrada en su alma que ya no la ve. Si tiene el valor de desenterrar sus sueños, entonces enfrenta el segundo obstáculo: el amor. Ya sabe lo que desea hacer, pero piensa que puede herir a los que le rodean si deja todo para seguir sus sueños. No entiende que el amor es un impulso extra y no algo que le impide seguir adelante. Después de aceptar que el amor es un estímulo, el hombre se encuentra ante un tercer obstáculo: el miedo a las derrotas que encontrará en su camino. Un hombre que lucha por sus sueños, sufre mucho más cuando algo fracasa. El quiere, sabe que allí está apostando todo y sabe también que el camino de la Leyenda Personal es tan difícil como cualquier otro camino, con la diferencia de que es éste está su corazón.
¿Las derrotas son necesarias?
- El hecho es que suceden. Pero el secreto de la vida es caer siete veces y levantarse ocho.
¿Por qué es tan importante vivir la Leyenda Personal, si vamos a sufrir más que los otros?
- Porque, después de superadas las derrotas nos sentimos con mucha más euforia y confianza. Pasamos a vivir con entusiasmo y placer. El sufrimiento muy intenso e inesperado termina pasando más rápido que el sufrimiento aparentemente tolerable: este va corroyendo nuestra alma sin que nos demos cuenta de lo que está sucediendo… hasta que un día ya no podemos librarnos de la amargura y ella nos acompaña para siempre.
¿Y cuál es el cuarto obstáculo?
- Después de desenterrar su sueño, usar la fuerza del amor para apoyarlo, pasar muchos años conviviendo con las cicatrices, el hombre nota que lo que siempre deseó está allí. Entonces aparece el cuarto obstáculo: el miedo a realizar el sueño de toda su vida.
Esto no tiene el menos sentido.
- Oscar Wilde decía: “La gente siempre destruye aquello que más ama”. Y es verdad. La simple posibilidad de conseguir lo que desea hace que el alma del hombre común se llene de culpa. El mira a su alrededor, ve que muchos no lo consiguieron y entonces piensa que no lo merece. Olvida todo lo que superó, todo lo que sufrió, todo a lo que tuvo que renunciar para llegar hasta donde ha llegado. Conozco a mucha gente que, al tener la Leyenda Personal al alcance de la mano, hizo una serie de tonterías y terminó sin llegar hasta su objetivo cuando le faltaba apenas un paso. Este es el más peligroso de los obstáculos, porque tiene una aureola de santidad: renunciar a la alegría y a la conquista. Pero si el hombre entiende que es digno de aquello por lo cual luchó tanto, entonces él se transforma en un instrumento de Dios. Ayuda al alma del mundo y entiende porqué está aquí. 

martes, 8 de marzo de 2011

¿Y si Dios fuera mujer?


Hoy es el día internacional de la mujer. ¿Sabés por qué? Acá va una reseña cortita: La historia más extendida sobre la conmemoración del 8 de marzo hace referencia a los hechos que sucedieron en esa fecha del año 1908, cuando murieron calcinadas 146 mujeres trabajadoras de la fábrica textil Cotton de Nueva York en un incendio provocado por las bombas incendiarías que les lanzaron ante la negativa de abandonar el encierro en el que protestaban por los bajos salarios y las infames condiciones de trabajo que padecían.
Lo cierto es que me imaginé un motivo más naif. Me sorprendí. 
Que estas poquitas líneas sean un sencillo agradecimiento a todas aquellas que hacen del mundo un lugar agradable, aquellas que ponen la vida al servicio, aquellas que aman hasta morir, aquellas que luchan sin cesar, aquellas que perdonan, aquellas que acogen, aquellas que se sensibilizan, aquellas que están siempre atentas, aquellas que ni se las ve y conocen, aquellas que están explotadas, aquellas que parece que no valen, aquellas que se atreven a amar, aquellas que se enamoran, aquellas que esperan, aquellas que son un canto para la vida.
Gracias!!! 
hno . Seba

¿Y si dios fuera mujer?
pregunta juan sin inmutarse

vaya vaya si dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas

tal vez nos acercáramos a su divina
desnudez
para besar sus pies no de bronce
su pubis no de piedra
sus pechos no de mármol
sus labios no de yeso

si dios fuera mujer la abrazaríamos
para arrancarla de su lontananza
y no habría que jurar
hasta que la muerte nos separe
ya que sería inmortal por antonomasia
y en vez de transmitirnos sida o pánico
nos contagiaría su inmortalidad

si dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos
sino que nos aguardaría en el zaguán del
infierno
con sus brazos no cerrados
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles

ay dios mío dios mío
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo escándalo sería
qué venturosa espléndida imposible
prodigiosa blasfemia

Mario Benedetti



miércoles, 23 de febrero de 2011

Pollita en Fuga: Silvina, de 15 años habla desde la clandestinidad


El artículo es de la revista Rolling Stone del 1 de Julio de 2003. Es largo, pero no tiene desperdicio. Gracias Luis por ayudarnos a mantenernos fieles y centrados. Que lo disfruten...
No se le notaba. La última vez que Silvina cayó presa -el 5 de mayo pasado- estaba en la cama con su novio, embarazada y desnuda, pero no se le notaba. La brigada bonaerense la encontró a quince cuadras de la Villa Hidalgo, en el partido de San Martín, en una casa chica de cemento blanqueado, jardín reseco en la entrada y una segunda construcción al fondo. Silvina estaba encerrada en un cuarto con Jorge, uno de sus novios, cogiendo bajo el aire de un ventilador de techo. La brigada entró en el cuarto con modales bonaerenses y la sacó a patadas.
- Rati puto- saludó Silvina. Le pegaban más fuerte y no la dejaban vestirse.
- Rati la conchadetumadre dame la ropa-. La brigada le pateó los riñones, el estómago, las piernas y el culo. Silvina gritó:
- En la panza no. Quiero a mi abogado.
Pocos días más tarde, Clarín tituló: está embarazada, tiene 15 años y se dedica a secuestrar.Estaba embarazada de dos meses. Pero a esta altura -sesenta días después, cuando nos encontramos en algún lugar de la provincia de Buenos Aires- sé que lo perdió.
Porque Silvina, ya van a ver, es uno de esos casos en los que se pierde todo.
-Yo quería un hijo para tener algo -me dirá en un rato con los ojos chicos, inflamados. Ese tipo de hinchazones que provocan los sedantes o el llanto.
Es martes 17 de junio a la noche, y voy por la autopista para encontrarme con ella. Está prófuga. Ayer se escapó por cuarta vez de un instituto de menores, y me dice su abogado que está guardada en algún rincón de este mundo. Está enferma y prácticamente sola. Sus padres, sus abuelos y buena parte de sus tíos se murieron. No tiene amigos y sus tres novios están presos. En este momento, lo único que tiene Silvina es un aborto infectado y un prontuario de miedo. Con apenas 15 años, está acusada de liderar una banda de secuestros exprés apodada "Los Enanos" -un nombre puesto por la policía, que alude a la poca edad de los chicos-; de robar algunos autos; y de llevar de paseo a por lo menos veinte personas.
El comienzo del fin, suponiendo que las cosas terminaron, fue en marzo y abril de este año. En apenas dos meses, la banda secuestró a ocho tipos -entre ellos a Cristos Trasivulidis, un empresario griego armador de barcos que pagó 10 mil dólares de rescate- y se los llevó en gira mágica y misteriosa por la Villa Hidalgo de San Martín: una variante del Impenetrable en pleno conurbano bonaerense. En los expedientes, una víctima cuenta que le hicieron fumar porro. Otra se queja porque la dejaron sola en medio de la villa mientras iban a comprar cigarrillos. Y hay una tercera que asegura que "la chica tuvo sexo con tipos delante mío". Todas, sí, coincidían en un punto: el líder de la banda era una mujer, y esa mujer tenía el pelo rosado.
Con estos datos, el 5 de mayo la brigada de Investigaciones de San Isidro acorraló a Silvina en la casa que alguna vez fue de sus abuelos. Jorgito, miembro fundador de la banda, fue a parar al Instituto Belgrano. Silvina terminó en una celda de dos por dos en la Delegación Femenina de San Martín. Allí la fueron a visitar una tía -casi su única familia- y una asistente social. Y desde ahí la trasladaron al Establecimiento Asistencial Ursula Llona de Inchausti, uno de los institutos de menores más seguros de todo Sudamérica. Ahí duró un mes, hasta que fue absuelta de algunas causas y la mandaron al Instituto Pelletier en La Plata. Silvina se escapó por la misma puerta por la que sale la ropa sucia.
7 de mayo, en el Establecimiento. Antes de esta cita clandestina, pude ver a Silvina sólo una vez, durante diez minutos. El encuentro fue en el Establecimiento Inchausti: un edificio de cuatro pisos y fachada prusiana levantado sobre la calle Perón, en pleno barrio de Once. Un primer vistazo hace pensar que es un geriátrico, un telo, o alguna cosa de ésas con plaqueta de bronce en la entrada. Pero el segundo vistazo deja una impresión siniestra: los vidrios están espejados y las ventanas tienen barrotes.
Adentro, definitivamente, no es un telo. Hay un hall chico con dos sillones de cuero verde y viejo, y un gato anaranjado imitación Chatrán que duerme despatarrado. Se lo nota feliz: es el único que pasa por los barrotes.
Al lado de Chatrán hay tres celadoras en estado de sopor. Toman mate dulce y se dejan cebar por un hombre de seguridad. Hay un contraste entre el gesto amable del cebador, y el brillo amenazante de sus borceguíes negros, brutales, recién lustrados. El tipo me ofrece un mate, no dejo de mirarle los pies.
-Si me hacen un psicofísico, ahora estoy peor que cuando entré, ja.
Una celadora entra en rapto de sinceridad. Y cuenta que en el instituto hay veinticinco chicas, todas bravísimas, todas capaces de destrozar un piso entero en ataque de nervios.
-Una vez deshicieron la planta baja. Los varones se portan mejor, las pibas son tremendas. Te prepotean, no te hacen caso. Te piden un cigarrillo y después se frotan las muñecas con la colilla encendida hasta sangrar. Lo hacen para que las llevemos al hospital. Con el papel metalizado que viene en el paquete, lo enrollan hasta hacer un palito y con eso también se cortan. El tema del cigarrillo es bravo -dice con el entrecejo en frunce existencial, mientras cala hondo un cigarrillo rubio. El aire está enviciado y quiero irme. Todas las celadoras están teñidas de negro. Me pregunto si Koleston habrá sacado una línea "negro celador" porque el color es sencillamente único.
La directora también tiene esos pelos. Es una mujer robusta y de ojos muy celestes, parecida a Mirta Wons, que media hora más tarde baja hasta la entrada para abrirnos el camino hacia Silvina. Y digo abrirnos porque está conmigo Gustavo Semorile, uno de los dos abogados contratados por la tía de Silvina. Semorile es un tipo alto y flaco, de aspecto tribunalicio -siempre de corbata, gabán beige y anteojos- que contra todo pronóstico tiene sentimientos y cierta sensatez. Es esa clase de gente que disfruta hablando en broma pero en serio, o en serio pero en broma. Esa ambigüedad irrita, pero a él lo entretiene. Me presenta ante Mirta Wons como su colaboradora. "Porque los periodistas acá no entran", susurra divertido.
Subimos al despacho de Mirta. El ascensor es de un metal despintado, es angosto, es demasiado, todo acá es angosto, pienso, y pienso en las celdas, los barrotes, las colillas, ese mate, los borcegos, quiero irme.
Quiero irme.
El camino a Silvina nunca se abre: para llegar a ella hay que encerrarse.
Mirta es simpática, redonda y maternal. Desde su despacho, y a través del ventanal abarrotado, se ve la calle sucia, la gente enloquecida, la torpeza del tránsito. El mundo insoportable, visto desde el encierro, es el Edén. La miro a Mirta: la gente simpática y maternal no trabaja en lugares como éste. Ella, como adivinando, me muestra una sonrisa de marfil. Cuenta que la idea del Instituto es conocer la historia de cada interna, recuperarlas para la sociedad, tener con ellas un trato personalizado.
-Lástima que a Silvina casi no la conozco -sonríe-, porque se la pasa afuera declarando.
Cayó presa por unas diez causas, pero, desde entonces, cada día le imputan un secuestro nuevo. El panorama hace pensar que podría llegar a veinte. Una cifra que, en la Brigada y en Tribunales, se hace incomprensible para una chica de 15 años. Cuando la detuvieron, la Dirección Departamental de Investigaciones (alias Brigada) llamó a Victoria Camacho Hidalgo, la otra abogada de Silvina, para que les llevara el documento: no creían que tuviera esa edad. En Tribunales le dan el tratamiento que recibe un "menor adulto" (entre los 16 y los 18 años) y eso significa que la indagan y la ponen en rueda de reconocimiento, dos prácticas que no se pueden hacer con una menor. Hoy, 7 de mayo, el secretario de turno se olvidó ("Me olvidé", dijo) de que Silvina tiene 15 años, y mandó un oficio para mantenerla incomunicada. Eso significa que no puede tener visitas, ni hablar por teléfono, ni mandar o recibir cartas.
Eso significa que la van a enloquecer pronto.
Semorile grita: se está violando la Convención de los Derechos del Niño.
Silvina es una niña.
La sala de visitas es una casilla con paredes blancas, tres sillas de plástico y un escritorio de fórmica. El infierno tiene sucursales como ésta: incómodas, despojadas, con largos pasillos color celestoso, y con portones cerrados bajo siete llaves. A lo lejos un portón se cierra (ese estruendo metálico) y el sonido de los pasos es cada vez más fuerte: viene Silvina.
Lo primero es el pelo. Parece esas muñecas del Once con melena barata color fucsia. Tiene el flequillo stone, las raíces marrones y las puntas virando hacia un tono anaranjado. En los diarios dicen que la tintura es parte de un modus operandi: se tiñe después de cada secuestro para que no la reconozcan. Pero su tía Betty dirá, días más tarde, que se tiñe porque es coqueta. Ya fue rubia, morocha y pelirroja. Al fucsia llegó por error, cuando quiso teñirse de negro sobre una base ciruela y las proporciones usadas, más la condición berreta del producto, la dejaron parecida a una Bandana.
Puedo creer lo de la coquetería. El pelo está limpio, las cejas cortas y depiladas, y las uñas sin morder. Ya se estuvo quejando porque no la dejan usar aros ni anillos.
-¿No ven que una mujer sin alhajas no es mujer? -le dijo a una celadora. Pero la celadora no entendió. Le ofreció, a cambio, un poco de Koleston negro. Por algún motivo comprensible, Silvina no aceptó.
-Nena porelamordedios teñíte.
Gustavo Semorile le ruega, la abraza, la besa y muestra un trazo paternal que parece sincero. Debe quererla. Debe quererla porque la ve sola. Es curiosa la respuesta de Silvina: se relaja en él. Se afloja entre los pliegues del gabán. Desde esa patria amable que es el pecho de su abogado, me mira torcido. Desconfía.
-¿Y ella quién es?
Tiene los ojos gordos, dopados y ni siquiera sé si me está viendo. Está tomando tres sedantes por noche, y tiene pérdidas y dolor de panza. Nadie apuesta demasiado a este embarazo por la cantidad de golpes que recibió últimamente, y por la cantidad de drogas que tomaba antes de caer presa. Los botines, contará días más tarde un familiar suyo, se gastaban generosamente en entradas a boliches, remises, alcohol, cocaína, pastillas, porro y poxirán para todos. Silvina también se compraba zapatillas.
Son su perdición.
Cuando su tía Betty va a visitarla, siempre le lleva unas distintas para que se cambie: en el Establecimiento la dejan tener sólo un par. Sin joyas y sin Nike, Silvina se desequilibra. Ahora tiene puestas unas Rebook plateadas imitación nasa -valor aproximado, 465 pesos- y tiene también un jogging azul que le embolsa el metro cincuenta de estatura. Mientras habla retuerce el buzo, se lo sube, se lo baja. Se rasca como si rascarse fuera una forma de pasar el tiempo. Tiene la panza morena y blanda: dos meses de embarazo sin glamour.
-Hoy me llevaron a declará, pero dije que no hablaba si no estabas. Dijeron que te estaban llamando y no te encontraban.
Habla como una tumbera en Andalucía.
Semorile putea entre dientes: nadie lo llamó, nadie le dijo que Silvina estaba en Tribunales.
-Entonce me querían hacer firmar un papé, pero yo digo si no leo no firmo. Entonce leo tatatá tatatá y de golpe leo no se qué secuestros exprés y entonce no firmé. Puse apelo.
Sonríe casi como en sueños. Entre los párpados cansados hay un hilo de pupila que brilla.
-Y cuando el tipo leyó me dijo pero qué apelá, por qué apelá. Y yo le dije: apelo porque no entiendo lo que dice, je.
Semorile se ríe. Le dice "sos una hija de puta", pero principalmente se ríe. Vuelve a abrazarla, le pide que se tiña, que cuide su embarazo, que se porte bien. Ella le dice que sí a todo.
Nos vamos.
-Yo la quiero a la piba, pero para la gente es una bestia -dice el abogado a la salida-. A la Justicia le pedimos paciencia. Con la vida que tuvo, tendría que ser asesina serial.
La vida boba. La vida de Silvina fue normal hasta los 6 años. Su padre se llamaba Beto, era sodero, y repartía sifones con un carro y un caballo por el partido de San Martín, a pocas cuadras de la Villa Hidalgo. Su madre, Zully, trabajaba en una fiambrería de Martínez y era, a decir suyo y del barrio, una mujer intachable. Los momentos epifánicos llegaban de tarde en tarde, cuando Beto bañaba y peinaba a Silvina y a su hermana Vanessa (tres años más grande) y se las llevaba a pasear en carro. Vivían a quince cuadras de la villa (a doscientos metros de la casa donde fue apresada Silvina) y tenían una de esas vidas humildes y tranquilas. Betty, una de sus tías, me muestra una foto familiar: padre y madre alzando a las nenas, sonrientes. A Zully se la ve robusta y de mejillas rosadas. Tiene una mirada ensoñada que reconozco en Silvina. Beto está anguloso y flaco. Por la camisa asoma un tatuaje: Roberto. En el dorso de la mano hay también una cruz.
En esa foto las cosas ya andaban mal. Antes del nacimiento de Silvina, Roberto cayó preso por un robo que no cometió. Un año y medio después fue absuelto, pero salió de la cárcel con hiv y muchos vicios. Se empezó a picar. Sin decirle nada, contagió a su mujer. Cuando Silvina tenía 5 años, Beto murió y Zully se enfermó de odio.
-Nunca le seas fiel a ningún hombre, no se lo merecen -le decía a Silvina-. Mirá cómo estoy. La única persona con la que me acosté fue tu padre, y me contagió el sida.
Zully se mudó con sus padres y palió la angustia trabajando todo el día. A cargo de Silvina y Vanessa quedaron los abuelos maternos. Pero no era lo mismo. Para ellos las nenas eran una molestia -ensuciaban, hacían ruido- y las mandaban siempre a la calle. A los 9 años, Silvina ya fumaba porro, paraba con bandas de la Villa Hidalgo y jugaba con fierros de 9 y 45 mm.
A Zully le daba todo igual.
-Viví la vida -le decía-. Total, uno se muere de cualquier cosa.
Y Zully se murió.
Silvina fue a vivir con sus abuelos paternos, en la casa donde finalmente fue apresada. Ella les hacía la comida, les charlaba, les lavaba los pies. Pero cuando tenía 11 años, los abuelos siguieron la senda de Beto y Zully y se murieron. Silvina quedó al cuidado de unos tíos que vivían en una construcción trasera. Pero el tío tenía cáncer, y entró en una agonía que devino el telón de fondo de una vida cotidiana insoportable. Silvina asistió a su tío hasta la muerte. A la parte delantera de la casa, mientras tanto, se mudó otro tío paterno con su mujer. El hombre tenía prontuario, y estaba involucrado en el secuestro de la hija de un narco de la zona. La policía lo buscaba por un lado, y el narco, por el otro. El tipo se sintió acorralado y no lo soportó. Un día Silvina abrió la puerta de calle y lo vio colgando del taparrollos de una cortina. Ahorcado, claro.
Desde entonces, cada vez que la detienen, la primera pregunta de Silvina es: "¿Quién hay?". Quiere saber si hay alguien esperándola en plaza Lavalle, frente a Tribunales. En general, aunque queda alguna parentela viva, hay sólo dos personas: Betty y Vanessa.
La familia.
No hay mucho que pueda decirse de Betty: es una tía, es la única adulta sin prontuario, y acepta la entrevista bajo condición de no revelar ningún rasgo que la identifique. Tal como está todo, decir que Betty no tiene prontuario ya es decir mucho.
-Tantas veces Silvina me abraza y me dice "Bah, si esta vida es una mierda, no tenemos a nadie, los que no están muertos están presos". De algo hay que morir, tía. Eso me dice. Intentó suicidarse varias veces. Cortarse las venas. Yo la quiero convencer de que no está sola. Estoy yo, está mi marido, está su hermana. Le digo no te drogues, y ella me dice: "¿Para qué querés que viva, tía? ¿Para acostarme a la noche y no tener quién me dé un beso? ¿Para no compartir una mesa? ¿Para que nadie vea mis cosas del colegio?". Entonces me decía: "Yo voy a la esquina, me fumo, me tomo una cerveza y ya fue. Cuando me acosté, no necesité de nada de lo que no tengo".
Betty llora. Betty tiene una casa con olor a incienso (una bruja le dijo que flotaba una onda mala) y un hijo, Luis, detenido por una declaración de Silvina. Pero ella no tiene rencor; Luis tampoco. Dicen que Silvina declaró ante la Brigada bajo la presión de golpes y amenazas de violación.
-Cuando no querés que te peguen más, sos capaz de mandar en cana a Gandhi.
Betty sonríe o hace una mueca de cansancio. Recuerda una de las tantas veces que Silvina defendió a su hijo.
Fue hace dos años, en un boliche de provincia. Luis estaba borracho y no tenía plata para cerveza. Pero encontró la solución: en la barra había un pibe con una jarra llena. Se acercó y le pidió un trago. No te doy. Dale. No te doy. Dale. No te doy.
-Mirá que soy chorro y te puedo meter un tiro -explicó Luis.
-Mirá que soy policía y te voy a meter en cana -contraexplicó el de la jarra.
Hay ciertos conceptos que son esclarecedores. Luis se retiró con modales de paje real, y se encomendó al santo de turno para no terminar preso.
Pero Silvina escuchó todo.
Se acercó despacio, con una serenidad de western.
-¿Qué te pasa? -sacó pecho-. ¿Porque sos rati no le podés convidar a mi primo?
Entonces fue cuando, faaaa, le tiró la jarra a la mierda. "Silvina, te mato, porque voy en cana", le gritó Luis, pero ella redobló la apuesta y cuando el policía sacó los dientes ella, faaaa, le dio un cross en la mandíbula.
-Esta también va por mi primo -explicó.
Luis y Silvina eran inseparables. Tanto, que hay quienes piensan que el Segundo Gran Desastre para Silvina, después de la muerte de sus padres, fue el arresto de Luis. El cayó el 6 de julio de 2002, junto con ella y Jorgito. Todos formaban parte de la banda. Luis y Silvina paraban con la misma gente y, salvo el desayuno, compartían todo. El punto de encuentro familiar era la casa de los abuelos paternos. Betty sacaba a sus hijos más chicos del colegio y los llevaba a tomar la merienda con ellos. Había un pacto: los primitos sólo iban si Silvina estaba sobria. Ella cumplía. Tomaba la leche como un telepibe, y cuando los nenes se iban, prendía un faso.
En esa época Silvina tenía 13 años y ninguna noción de riesgo. A los 11 ya había sido agarrada robando en un supermercado, y la liberaron porque la abuela le lloró al juez de menores. A los 13 se drogaba tanto que, algunas noches, no sabía ni con quién cogía. Luis, cuando la encontraba, se la llevaba a casa de los pelos y a los golpes.
Luis también cuidaba de Vanessa, la hermana mayor de Silvina. Pero Vanessa cambió.
Veo a Vanessa en fotos: es morocha, de cara redonda y cejas depiladas, y tiene el mismo cuerpo rotundo de Silvina. Todos dicen que es un primor. Empezó drogándose, pero a los 15 quedó embarazada y su vida cambió. Los hijos, a veces, tienen el aura purificadora del Evangelio. Vanessa se fue a vivir con el padre de la beba, se hizo ama de casa, sacó chapa de ángel.
-Ayer fue a ver a Silvina y salió llorando, con colitis -cuenta Betty.
Ayer fue 18 de mayo. Silvina tuvo un aborto espontáneo y ningún médico le limpió los restos del feto. El útero está infectado y mientras tanto la medican y la inyectan. Silvina babea, tiembla y no puede armar oraciones. Siente que una bola se le mueve en el estómago. Vanessa se desespera:
-La van a matar.
Durante un mes, nadie me deja ver a Silvina. Su salud es un problema serio, y prefiero no insistir por un tiempo. Hasta que el 17 de junio suena el teléfono. Es Gustavo Semorile. Quiere saber si ya entregué la nota. Le explico que no. Que necesito hablar con ella para poder escribir algo. Le pido que me deje verla. Le prometo ir sin grabador, sin libreta, sin birome…
Semorile me frena en seco.
-Se fugó.
Recuerdo el Establecimiento -rejas hasta en el inodoro- y pienso que la de Semorile es una de esas bromas.
-Se fugó. Nos vemos en una hora en el EuroBar de Tribunales.
Clandestina. El EuroBar es un lugar chico, impersonal y lleno de abogados con celular inquieto. Al fondo, cortesía de la casa, hay un televisor sintonizado en Crónica tv. Semorile llega, se sienta y habla sin sacar los ojos de la pantalla. Explica que la chica se escapó. Fue absuelta de algunas causas y la trasladaron al Instituto Pelletier de La Plata. Ahí defendió a una compañera del abuso de un celador, y le pegaron.
-Pero el problema es la Brigada -no despega los ojos de la tele-. La están volviendo loca.
Hace un año, el 6 de julio de 2002, la golpearon y amenazaron de violación y muerte. En ese contexto, dice Silvina, delató a su primo. Cuando hace pocos días llegó a La Plata, bajo la promesa del juez de que ahí estaría segura y tranquila, tuvo dos sorpresas. La primera fue una paliza. La segunda: en el Pelletier le abrieron las puertas a la Brigada para que la interrogara. Silvina vio entrar a las mismas caras que el 6 de julio le habían jurado muerte a los golpes.
-Entonces se las picó. Ayer. La puta madre, mirá.
Me doy vuelta. Crónica mandó la placa roja: piba fuga de correccional / es silvina, lider de banda "los enanos"/ se dedicaba a secuestrar. El celular del abogado empieza a sonar a gritos. No para. No va a parar nunca. Semorile ofrece llevarme esta misma noche hasta donde está Silvina: quiere que la sociedad sepa que a su cliente la golpearon y amenazaron de muerte.
Acepto.
Son las 8 de la noche y estamos en un auto con el fotógrafo. Le cuento cosas. El anecdotario de Silvina es una forma rara de pasar el tiempo. Nos preguntamos si habrá vidas sin elección. Los griegos decían eso: nacemos con un destino -la moina- y no hay nada que podamos hacer para evitarlo. El héroe trágico es el que intenta zafar; el que busca -y no puede- quebrar ese destino inexorable. Edipo intenta pero falla: se arranca los ojos y termina desterrado. Antígona quiere sepultar dignamente a su hermano criminal, y termina lapidada. Cabe preguntarse qué tipo de marca hay en la frente de Silvina. En qué medida la biografía es, siempre, una suma de elecciones.
La pregunta es obvia: ¿Silvina puede elegir?
El 25 de Mayo pasado, Néstor Kirchner dio su primer discurso como Presidente y, por primera vez en décadas, le dio al problema de la seguridad una explicación social. "La inseguridad no es sólo el Código Penal", dijo, "sino el cumplimiento de los derechos de la Constitución". Habló también de "mano blanda", y quizá no sea una cuestión de demagogia: nadie sabe qué tipo de mano le vendría bien a Silvina (probablemente la de un padre). Pero sí queda claro que, en términos prácticos, la que recibió hasta ahora no sirvió de nada.
Las luces del auto rebotan en los faros de otro coche. Es la Isuzu del abogado, estacionada en un recodo del camino. Cambiamos de auto. Semorile hace jurar por la tumba de nuestros muertos presentes y futuros que no daremos datos del lugar.
Supongamos, entonces, que el camino hasta Silvina es un túnel. Al final hay una casa, hay gente, hay Crónica tv, y hay una chica sentada en un sillón. Silvina está hinchada, rígida y con los ojos inflamados. Apenas puede abrirlos. Tiene puesta una vincha de colores, y por abajo asoman unas manchas pardas y acuosas: se acaba de teñir. De castaño.
Pero eso es lo de menos.
-Me fui porque me pegaron. A una chica le estaban pegando, me metí para defenderla y me pegó un celador. Me pateó. Y yo saqué pecho, mavale. Le volví a pegá. La otra vez que estuve ahí también me pegó. Ya tiene varias denuncias. La brigada también me amenazaba. Me pegaron, todo. Yo ya los denuncié. Y le dije al juez que no quería volver al mismo lugá, porque me habían amenazado que me iban a pegá y a violá. Y el juez me dijo que me quede tranquila, que voy a estar bien. Pero me volvieron a llevar al mismo lugá. Y me volvieron a maltratá. Y pegarme no es tratarme bien.
-¿Y cuando te peleás, no te da miedo?
-Defenderme no me da miedo. Defender tampoco. La policía sí me da miedo, mavale. Pero hago lo que puedo.
Silvina habla lento. Monocorde. Su forma de estar es casi autista. Frente a ella, sobre la mesa, hay una ecografía. Es el útero: hoy fue al médico y la infección es grande. El problema es que no puede volver a ese doctor, porque está prófuga. Ese es, quizá, el motivo principal por el que, al momento de encontrarme con ella, sus abogados están considerando que se entregue.
-Hablé con la psicóloga del Instituto. Dije que la estaba pasando mal. Pero me dijo que los celadores están para agarrá a las chicas cuando están nerviosa. Y le dije pero no hay que pegá. Y me dice bueno, cada uno tiene su manera. Y yo dije a mí no me pegan más. Ayer a la mañana estaban sacando la ropa para limpieza y habían dejado la puerta abierta. Y me fui.
Es la cuarta vez que se escapa. La primera fue a los 12. Se entregó a la Brigada Femenina de San Martín por pedido de Victoria, quien entonces era su abogada. En general, los delincuentes entran en la Brigada llorando. Pero ella se dio vuelta en la puerta, miró a la abogada, y le gritó:
-En dos días te veo.
De la Brigada siempre la mandan a colegios "abiertos": lugares con jardín y paredes relativamente bajas. Sin barrotes. Silvina nunca dura más de un mes. Un diálogo telefónico típico con Victoria es:
-Me voy a ir.
-Nooo. No te vaaayas. Quedáte un poquito más.
-No. Me aburro.
Cada huida es revolucionaria. Cada vez es un comienzo desde cero. Siempre que se escapa, Silvina promete que va a portarse bien.
Ahora también promete.
-Quiero cambiá. Sí. Quiero ser profesora de natación. Fui dos años con el colegio y me gusta.
-¿Cómo te imaginás la felicidad?
-Portándome bié. Estudiando natación. Eso. A veces estoy contenta. Pero siempre me pasa arruinarme la poca alegría que tengo. Y mi mayor sueño es que salga Luciano. Porque tengo tres chico preso: Leandro, Luciano y Jorge. Y los tres piensan en trabajá. Se quieren casar conmigo. Y yo les creo. Y mi sueño es que salga el que más quiero, que es Luciano. Y me gustaría tener un hijo, porque sé que un hijo me va a rescatá. Quiero tener un hijo y despué irme.
-¿A los 15 ya querés tener hijos?
-Sí. A los 12 yo ya buscaba un hijo. Con mi novio Leandro. El también quería ser padre. Pero ya es tarde. No conmigo. Me pegaba mucho Leandro. Era golpeador.
-¿Por qué te pegaba?
-Viste cómo son los hombre. Vos hacés algo malo y está todo bien. Hacés las cosas bien y terminás perdiendo. Te estoy dando un consejo.
El primer novio de Silvina fue Leandro. Tenían 12 años. En esa época, la vida de Silvina ya daba material para seis capítulos de Tumberos. A veces no tenía dónde comer, así que su tía Betty le había abierto una cuenta corriente en un kiosco. Lo que más salían del kiosco eran los Evatest.
Silvina, ¿dónde mierda metés las pastillas anticonceptivas que te doy?
-Leandro se las pone al champú, para que el pelo le crezca más rápido.
Leandro, además de coqueto, era golpeador. La quería. Cómo no la va a querer. Pero el porro lo ponía violento. Ella se la devolvía y eso no ayudaba: los hombres siempre pegan más fuerte.
Hasta que Silvina se cansó.
-No me vas a pegar má, porque yo te viá matá. Porque no tengo papá y nadie nunca me pegó y vos menos me va a pegá.
Ella lo amaba. pero lo corrió a los tiros.
-Me pegó -explica con la voz cansina. Adormecida-. Y había cerca un pibe con un fierro y se lo saqué de la mano y le tiré. Corriendo. Por la calle. Y no lo vi má. No lo mataba, pero le iba a dar en el pie. Estaba cansada, pero era boluda porque era chica. Bah, soy chica. Pero al ser mi primera vé este pibe, y todo, era como que estaba re-enamorada, y no me importaba si me pegaba. Y ahora él me escribió que va a salí, que va a cambiá. Pero es como los borrachos: dice no tomo má, pero ve un vaso de vino y te lo va a agarrá. Entonces él dice voy a trabajá, pero después se fuma un porro y yo no estoy haciendo nada y pum, me caga a palos.
Con el segundo, Jorgito, empezó a tener una relación más linda. Si ella tenía hambre, él la acompañaba a hacer mandados. Esas cosas. El problema era todo lo demás. Desde los 12 años, Silvina se movió en una villa que adoptó la modalidad del secuestro extorsivo. En el 2000 hubo un surgimiento de bandas de secuestradores, que tuvieron su centro de actividad más fuerte en Villa Hidalgo, Bajo Corea, Cárcova y Bajo Boulogne, todas en la provincia de Buenos Aires. Si Silvina hubiera crecido en otra villa, quizá se hubiera dedicado a la droga. O a nada. Pero creció en la Hidalgo, donde -entre otros casos- estuvo retenido Cristian Riquelme. El 25 de mayo de 2002, según los registros judiciales, Silvina subió un escalón en el Código Penal para llegar por primera vez a una de las figuras más graves: secuestro extorsivo. En la banda, de unos veinte miembros, estaba Jorgito.
El 6 de junio de 2002 los detuvieron. Jorgito fue al Belgrano y Silvina, al Pelletier. Jorgito todavía sigue preso. Silvina se fugó en una semana. Tres meses después empezó a visitar a Jorgito en el Belgrano. Ahí conoció a Luciano, su tercer novio. Luciano no tenía quién lo visitara, y Silvina le prometió ir a verlo.
Cumplió.
Desde entonces se escriben, se hablan, se prometen el mundo.
-Queremos tener un hijo. Lo de Leandro era otra cosa: te decía: "Ah, te drogás, vení, drogáte conmigo". En cambio este pibe no. Me dice vos no te drogás con nadie. El me ayudó a cambiar mucho. Y para mí tener un hijo con él va a ser lo más lindo. Este que tuve lo perdí. Vino y se fue solo. Pero si llegaba a tenerlo iba a ser la más feliz. No me iba a importar criarlo sola, porque soy orgullosa y no le voy a pedir nada a nadie. Sé que sola iba a podé. Me lo imaginaba varoncito, llevándolo a la escuela, cuando recién empiece a hablá. Tener un hijo es lo único que me va a cambiá.
-¿Por qué?
-Porque voy a tener a alguien.
Vanessa, su hermana, también se salvó con un hijo. Es una beba. Ludmila. El día que nació, Silvina sintió celos. Pero después la adoró. Desde hace tres años, todos los domingos, Silvina va a verla. A veces drogada. O borracha. Eso es lo de menos. Lo importante son los rollitos. Le gusta pellizcarle los rollitos.
-Ludmila es todo. Y yo ya tenía 13 años, era grande, ya andaba en la calle, y la pellizcaba. Era maldita yo. Pero la quería. La quiero. Cuando nació fue el día más feliz.
-¿Y el peor día cuál fue?
-Lo peor fue la muerte de toda mi familia. Todos los años se va alguien. Empezó con mi viejo. Yo me arrepiento de llevar la vida que llevo. Me arrepiento mucho. Y no tengo la culpa. Lamentablemente. La culpa es de mi viejo, por haber contagiado a mi vieja de sida. Y se murió mi vieja. Y si mi viejo no la hubiese contagiado, mi vieja ahora estaría conmigo. Y yo no haría lo que hice porque no me dejaba salir a ningún lado mi vieja. Porque yo a mi mamá le iba a hacer caso.
-¿Por qué empezaste con todo esto?
-Porque lo necesitaba. Dormí en la calle, todo. Necesitaba comé. Me faltó comida muchas vece. Me faltó techo muchas vece. Y todo lo que hice fue para pagarme mis cosas. Porque una mujer necesita toallitas, higienizarse, cosas que mi familia no me las daba, aunque se las pedía.
Hace cuatro años, Silvina le pidió a su tía que la anotara en un colegio privado. Quería saber cómo se siente el uniforme, los libros. La vida normal. A la primera fiesta de sexto grado, volvió espantada.
-Mis compañeras son unas estúpidas -dijo-. Parecen de jardín de infantes.
Betty no alcanzó a sacarle una foto con el uniforme puesto. A los dos meses, Silvina vendió el jumper, los mocasines, las medias y el manual del alumno bonaerense. El año pasado quiso volver a la escuela, y la anotaron en un público. Se fue porque no soportaba el delantal blanco. Blanco de bebé.
-Ella quería mostrar su ropa. Ir con las uñas pintadas.
Cuando cobra un trabajo, Silvina se va al shopping.
-Me compro todo.
-¿Y qué se siente con tanta plata?
-Me siento la mejor. Poderosa. Me compraba zapatillas, camperas. Me encantan las zapatillas. Todas. Me gustan las Nike, las que tienen aire. Son carísimas.
-¿Y ahora trabajarías de algo normal?
-Por qué no.
-No vas a poder comprarte zapatillas de 400 mangos.
Silencio.
-Eso me dolió. Me tocó acá. Me muero si no me puedo comprar algo que quiero. La zapatilla y la ropa es lo que más me gusta.
Suena el teléfono y Silvina salta del sillón. La poca salud que le queda se descargó en este segundo fulminante. Camina apurada hacia el teléfono. Tiene un jean reventando en el cuerpo. Un pulóver turquesa muy kosiuko. Unas zapatillas espaciales.
Parece una chica pop.
El teléfono se corta antes de que atienda. Está esperando una llamada de Luciano. El sale en cinco meses.
-Tiene una casa en Gesell y él también quiere cambiá. Y me dijo si me quería casar con él. Yo quiero. Me imagino en la playa dando clase de natación. Pienso que de tanto sufrimiento desde tan chica un día mi vida tiene que cambiá. Un día tiene que ser hasta acá lo malo. Lo material no me importa. Habré tenido de todo, porque tuve de todo y lo tengo, pero lo material pasa. Puedo vivir en un rancho, pero si estoy con él y con mi hijo, no necesito nada.
-¿Y si un día no tenés con qué darle de comer?
-Ahí no sé lo que haría. No me gustaría ir a robar tampoco, porque ahí va a haber un bebé de por medio, y si no está la mamá, no quiero que pase lo mismo que pasé yo, que anduve con los tíos de acá para allá, tratando de hacer las cosas bien. Porque mis tíos me quieren pero yo estoy sola. Me siento sola. Me siento totalmente sola.
Hay segundos donde el mundo se detiene y sólo queda una postal. Está Silvina con los ojos inflamados. En silencio.
Sola.
Prende un Philip Morris y lo calza en la juntura de los dedos. Fuma raro. Fuma con cierto músculo. Como si tuviera a la colilla de rehén.
Le pregunto entonces cómo se va a llamar su hijo.
-Lucifer -responde.
Traga el humo hasta el filtro, prende otro. Vuelve a tragar hasta que no quede más nada.
Texto de Josefina Licitra