jueves, 1 de noviembre de 2012

Del otro lado de la Caminata


En otras oportunidades tuvimos la posibilidad de conocer lo que siente un Peregrino cuando realiza la tan conocida Caminata a Luján. Lo que se siente, lo que se expresa, lo que se pide y se ofrece, todo esto ya lo hemos escuchado, leído y hasta imaginado.

Lo que no siempre escuchamos es la versión de aquellos que van de "apoyo", a ayudar a los Peregrinos, a acompañarlos, darles fuerzas y brindarle sus servicios de manera incansable.

Aprovechamos esta última Caminata a Luján para ofrecerle a Natali Bellino la posibilidad que nos cuente lo que sintió y vivió estando "del otro lado de la Caminata":

Uno a veces en la vida se arriesga por cosas sin saber lo que realmente implican y lo que a uno le pueden llegar a generar; sin saber la dedicación, el riesgo, las complicaciones, las emociones y sobre todo las personas con las que te vas a cruzar en ese arriesgar y atreverse a una nueva experiencia. Y para mi Lujan tuvo algo de eso...

Son de esas cosas que nadie te enseña a hacer, que aprendes en ese momento, que al principio decís soy consciente de lo que me estoy metiendo?
 y sin dudas en el momento de ver que cada una de esas personas va llegando, ya sean conocidos o gente que sabes que vas a ver solo por ese día, decís "si soy consciente, mi lugar está acá . Se que por mas que nadie me de nada a cambio y muchos no lo logren entender, me llevo algo impagable, la alegría de cada una de esas personas al llegar cansadas, con ampollas, doloridas, sin ganas de seguir, con los ojos llenos de lagrimas; esperando esas palabras de aliento, ese empujoncito, ese "vamos que ya falta poco" y lo mejor ese abrazo final, ese broche de oro de decir llegue y poder estar ahí para compartirlo es algo que no tiene precio.
Ver que trabajas codo a codo con personas que arriesgan lo mismo o más que vos, que le apuestan 100% a esto te da las energías para seguir eligiendo año a año ser parte.
Por mas de que no fue la primera vez que fui de apoyo, sin dudas se sintió totalmente distinto. Creo que este año lo que más me llego es la fuerza de la AMISTAD, ver como después de 70 km recorridos llegaban uno apoyándose en otros, sin poder dar un paso más pero traídos por esas personas en la que depositan su confianza y saben que no las van a abandonar, movidos por una misma promesa.
Lujan es eso, es ese respiro, ese aliento a seguir apostando, a seguir ayudando, a seguir creyendo que tu vida también puede pasar por ahí...


Natali Bellino

viernes, 6 de julio de 2012

Lucas me está esperando en algún lado

         El 23 de febrero acontecía una de las tragedias más crueles en las vías del ferrocarril Sarmiento, en la estación de Once. Fallecieron 51 personas, entre jóvenes, niños, gente que iba a laburar, a estudiar…
Un puñado de historias, de rostros, de sueños y proyectos que se frustraron. De las que se quedaron en la pupila del corazón fue la de Lucas. Este pibe de 20 años, músico y papá de Paz, fue el último en ser encontrado.
Desde que la mamá y los familiares, amigos y gente que se solidarizó y movilizó, no dejé de mirar las noticias, con la intención de hacer fuerza, unido a la esperanza de que iba a aparecer con vida.
         “Lucas me está esperando en algún lado”, dijo la mamá una de las noches antes de que apareciera. Lo dijo desde lo más profundo de sus entrañas y me conmovió. Dicen algunos que las madres tienen un sexto sentido y sin duda que es así. Al día siguiente encontraron al pibe entre los vagones. Ante el dolor, sólo atiné a guardar silencio…
         Desde hace un tiempo tengo una sensación parecida, ese cosquilleo de saber que seguro, en algún lado, me está esperando. Desde la bajada del Puente Alsina, o en Boedo y las vías, por Laprida, detrás de un tacho de basura, en medio de los cartones de un camión, arriba de la bici, entre medio de las ollas, cocinando, comiendo, llorando, riendo hasta que te duelan los pómulos, pensando cómo y dónde, charlando en el cordón, entre mate y mate, cuando no hay más esperanza, cuando estamos todos podridos a pesar que ya empieza el año, cuando te das cuenta que somos siempre los mismos, entre los que no lo ven, entre los que no sienten, entre los que decidieron que no era ya más parte de su vida, entre los que se cansaron, entre los que se sintieron expulsados, cuando pensás que no vale más la pena, cuando dudás, cuando el dolor se te hace insoportable, cuando decide cambiar, cuando te enterás que empezó la escuela, cuando te engañan como una quinceañera, cuando no se la juegan, cuando te mienten, cuando esboza una sonrisa, con ese que está sucio y te da nauseas, cuando nos abrazamos, cuando nos arrojamos en medio de la incertidumbre… en algún lado.
         No Seas Pavote es un modo de encuentro, con algunos “Lucas” que andan perdidos, tirados, abandonados, marginados, sin esperanza, con ganas de vivir y sin ellas, con proyectos y sueños, con simpleza y muchas ganas de darle vuelta al mundo.
         Desde hace cuatro años pasaron muchos “Lucas” por mi vida, muchos “Lucas” que atraviesan mi corazón como Clementina, el Polaco, Ángel, Andrés, Aymara, Dany, Flor, Juan Carlos, Mercedes, Marcela, Carlitos, Cosi, Oscar, Myriam, la Polaca, los pibes de Bandfield, los Migueles, la abuela, Roque, Fabiana, Richard, Julio, Jorge, Charly.
En este nuevo cumple de No Seas Pavote, decido una vez más renovar mis ganas de ABRIR EL CORAZÓN, de salir al encuentro de aquellos que están al margen del margen.
Agradezco a todos aquellos que desde que empezamos nos ayudan y te invito a que te animes, porque te puedo asegurar que hay Alguien que te está esperando.
                                                                                              hno Seba sc.
Fuente: http://elibroquenofue.blogspot.com.ar/