martes, 4 de octubre de 2011

Testimonio de un peregrino


Si me preguntaras cómo es ir a Luján, me atrevería a decirte que es como la vida misma….

Al principio no sentís el cansancio, crees que todo va a ser igual, que vas a poder con todo y le metes pata…. Te apresuras. Tanto que algunos se queman y no pueden seguir…. Es decir…. No llegan al final…. O lo que es peor…. Les llegó su final….

Existen aquellos que por cansancio o dolor, en algún momento o etapa dejan de caminar….
Se resignan…. Y se entregan… se suben a un colectivo que adelanta el tiempo…. Y con el, el camino…. Para después, aquellos con más coraje, fuerza de voluntad, volver a caminar….
No tan cansados, con otras esperanzas… con las mismas ganas… (de llegar…)

También están aquellos, que van de a poco, que en cada etapa hacen lo que pueden, que se cansan, que rezongan, que se apoyan en los que tienen al lado… que preguntan… ¿qué estoy haciendo acá? Ó que dicen…. Me acuerdo de haber vivido esto…. Pero que a su ritmo avanzan, caminan, comparten, por momentos más rápido, por otros más lentos… y así… casi si darte cuenta…. Entre charlas, mates, jugos y caramelos…. También llegan….

Hay de los que apoyan, que deciden no caminar, o caminar a su modo… ayudando, sirviendo, acompañando…. A quien camina…. O quizás también del estilo “comodín”… una etapa soy apoyo y otra camino….

Hay quien camina solo, encerrado en su mundo, su realidad. Quien camina en grupo, en manada, charlando, dando empujones, cargando y siendo cargado….

Existen aquellos que te dicen que es una locura ó que no la entienden ó que les parece mucho…. Y que por eso nunca se animan a vivirla… y estamos también aquellos que pensamos que es una locura no vivirla…. Que es una locura no animarse….

Las etapas unas a otras varían, ninguna es igual a la otra… Pero tiene esa ambigüedad patente, impresa, que hasta resulta incomprensible por momentos…. Que la primer etapa sea corta y la ultima, eterna… que donde el cansancio parece todo… se torna fundamental a quien tenes al lado, su voz, su apoyo… su abrazo!

Y como en la vida misma… mucho se dice…. De su longitud, de las paradas, de cómo y cuando caminar…. Pero la realidad es una…. Que para saber… hay que caminarla… hay que vivirla…. Una y otra vez… Sólo así vas a saber lo que se siente…

Cristian Matías Worner
(..Ningún camino de flores conduce a la gloria…)

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